segunda-feira, 20 de julho de 2009

A PINTURA DE GONZÁLEZ COLLADO, por Esperanza Piñeiro

De nuevo disfrutando en Ferrol de la obra de José González Collado, que nos ofrece una muestra de sus últimas pinturas en la sala de exposiciones del Banco Bilbao Vizcaya. Supe de su estancia en Ferrol al volver a encontrarlo, camino de mi casa, pintando a orillas del mar en Copacabana, la Malata... Porque Collado es de los que aún pintan al aire libre. observando directamente, captando los matices, la variedad de colores mediatizados por la luz. Es, precisamente, el dominio de 1a luz lo que mejor le define. La luz, que está presente en todos sus cuadros, inundando sus figuras, configurando sus paisajes. La luz diferente, cada estación, cada día, cada hora, llena sus cuadros que son instantáneas de un momento fugaz, de1 amanecer brumoso, del caer de la tarde, del anochecer... ofreciendo a menudo contraluces y reflejos en el mar cambiante. La ría de Ferrol aparece así una y mil veces pintada desde distintos ángulos, o desde el mismo sitio en diferentes momentos. Magnífico dibujante desde niño, pasó por las aulas de la escuela de Artes y oficios de Ferrol, dio sus primeros pasos de la mano de Bello Piñeiro y más tarde fue alumno de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, pero es su afan inovador, de investigador el que le ha de convertir en autodidacta, llevándolo a mejorar el dominio de las técnicas pictóricas, alcanzando un grado de madurez y calidad que lo convierten, sin dude alguna. en uno de los mejores pintores que tiene nuestra ciudad. Así, en los retratos, en los desnudos y en la bella colección de gaiteros pintados al óleo, la suavidad de las formas y los distintos planos de luz integrada en los colores que vuelven a ser las características fuindamentales. Y en sus murales, en los últimos pintados en un meson de la calle San Francisco, une el dibujo seguro de personajes gallegos de fiesta, de feria, con la conjunción de colores cálidos, luminosos, que incitan a la relajación y la tertulia. Pero es en la acuarela, a mi entender, donde consigue una perfección de técnica y belleza dificiles de superar. El realismo de los bodegones, la sensibilidad de los paisajes, el colorido de los bosques... unido a la transparencia de los colores, la limpieza del trazo y las formas libres en su primer impulso, hacen que su contemplación sea un recreo. Pero es necesario también hacer referencia al lado humano del artista Collado. Viajante incansable, con gran curiosidad por otras culturas, por otros pueblos: Túnez, Argel, París... Madrid. De carácter abierto, franco, espontáneo, incapaz de ocultar sus estados de ánimo, a veces brusco, es un gran conversador, amigo de la cocina gallega. El sentido del humor no le abandona donde quiera que esté, y allí donde se halle ejerce de ferrolano. Collado, esperamos que pronto te quedes a vivir con nosotros.

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